Trasmisión de la fe y Religiosidad Popular Urbana

Evento realizado durante la semana de teología, 26 de marzo 2012

 

Generalidades

Nuestro Papa, su Santidad Benedicto XVI, en su  carta apostólica “Porta Fidei” nos dice que desde el inicio de su pontificado nos ha “…recordado la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo” sobre todo porque “los cristianos actuales se preocupan mucho por las consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso“ y, aunque la fe es un supuesto obvio de la vida en común, lo cierto en que no aparece como tal e, incluso frecuentemente, tal presupuesto ha sido negado debido a una profunda crisis de fe en muchas personas frente a la diversidad en las propuestas de los modos de vida actuales.[1]

Por este motivo “Redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada, y reflexionar sobre el mismo acto con el que se cree, es un compromiso que todo creyente debe de hacer propio”[2] “Como se puede ver, el conocimiento de los contenidos de la fe es esencial para… para adherirse plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia.”[3]

Así, la trasmisión de la fe, en cuanto contenidos cognitivos, permite criterios de discernimiento cristiano para iluminar los ya mencionadas modos de vida actuales, en donde hay cierta hibridación de ideologías y creencias junto con el ejercicio de la fe, la caridad y la esperanza propiamente cristianas. Es decir permite una visión crítica sobre los valores culturales de una sociedad respecto a su respuesta cristiana en la construcción del Reino de Dios.[4]

Uno de estos “espacios” de hibridación es la llamada Religiosidad Popular, que “se refiere a una experiencia universal: en el corazón de toda persona, como en la cultura de todo pueblo y en sus manifestaciones colectivas… Todo pueblo, de hecho, tiende a expresar su visión total de la trascendencia y su concepción de la naturaleza, de la sociedad y de la historia, a través de mediaciones cultuales, en una síntesis característica, de gran significado humano y espiritual”[5]. En todas las regiones en donde la Iglesia hace presencia, de una u otra forma, “se descubren en el pueblo expresiones particulares de búsqueda de Dios y de la fe. Consideradas durante largo tiempo como menos puras, y a veces despreciadas, estas expresiones constituyen hoy el objeto de un nuevo descubrimiento casi generalizado… La religiosidad popular, hay que confesarlo, tiene ciertamente sus límites. Está expuesta frecuentemente a muchas deformaciones de la religión, es decir, a las supersticiones. Se queda frecuentemente a un nivel de manifestaciones culturales, sin llegar a una verdadera adhesión de fe. Puede incluso conducir a la formación de sectas y poner en peligro la verdadera comunidad eclesial”.[6]

“Pero cuando está bien orientada, sobre todo mediante una pedagogía de evangelización, contiene muchos valores. Refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. Hace capaz de generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. Comporta un hondo sentido de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante. Engendra actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción. Teniendo en cuenta esos aspectos, la llamamos gustosamente «piedad popular», es decir, religión del pueblo, más bien que religiosidad”.[7]

Desafíos de la Religiosidad Popular en la trasmisión de la fe

Desafío 1.

La trasmisión de la fe, por un lado, no se reduce a meros contenidos intelectuales sino a la comprensión de los modos de vida en que los cristianos se desarrollan dentro de un mundo plural y heterogéneo, es decir, procura iluminar esos mundos para que las acciones cristianas no se diluyan sino que permitan la clara construcción del Reino de Dios. La Religiosidad Popular, por otro lado, trasmite modos de vida en donde se encuentra, en hibridación, lo cristiano con el resto de la vida cotidiana, incluidas propuestas no cristianas. De modo que la trasmisión de la fe puede apoyarse de la Religiosidad Popular para acciones evangelizadoras más eficaces y, la Religiosidad Popular, al verse iluminada con los contenidos de la fe, se descubre como Piedad Popular.

Pero ¿cómo descubrir los modos de vida cristianos dentro de las prácticas de Religiosidad Popular sin descartar, desechar o sancionarlas de antemano? ¿Cómo propiciar una transición desde la Religiosidad Popular hasta la Piedad Popular evitando los desencuentros?

Desafío 2

La Religiosidad Popular, entendida como tradición heredada que permite la subsistencia cultural  identitaria de generación en generación en grandes grupos humanos (posadas, día de muertos, 12 de diciembre), se pueden desprender dos efectos:

1)      Que la transmisión de la fe requiere una efectiva transmisión de la tradición de la religiosidad popular.  Por ello se requiere asegurar la transmisión de la religiosidad popular para asegurar la transmisión de la fe.

2)      Que, la transformación y/o transmutación de la religiosidad popular puede ser o de hecho es un riesgo a la transmisión de la fe dado que siempre es amenaza de desviaciones y superstición.

La Religiosidad Popular no es cosa del pasado sino del presente y del futuro, tanto a corto como a largo plazo, su presencia y su influencia no reconocen tampoco la distinción entre lo autóctono (como campirano) y lo moderno (urbano), ya que se adapta y acomoda a cualquier contexto, aun el hipermoderno.

¿Cómo descubrir el dinamismo con el que la Religiosidad Popular va gestionando la trasmisión meramente cultural y específicamente cristiana de sus modos de vida?

¿Cuáles son algunos ejemplos en donde la Religiosidad Popular ha reproducido sus modos de vida desde la invención, la mezcla y la sustitución del mensaje propiamente cristiano, especialmente en el contexto de la Ciudad de México?

 

 

 

 

La Pastoral Urbana provee de las herramientas analíticas necesarias para realizar un estudio social de los elementos y dinámicas sociales de la Religiosidad Popular en los diversos contextos como plataforma para el discernimiento teológico-pastoral que permita elaborar planes de acción pastoral a favor de la evangelización y, con ello, para la trasmisión de la fe pero partiendo de los significados propios de cada contexto específico en donde fieles desarrollan su vida diaria.

 

Más información en la página www.pastoralurbana.com

Y al correo electrónico info@pastoralurbana.info

 

 


[1] Cf. Porta Fidei, 2. El subrayado es nuestro.

[2] Cf. Ib., 9.

[3] Cf. Ib., 10. El subrayado es nuestro.

[4] Cf. López Amozurrutia (2008), Teología y Cultura, ISEE, 187-209

[5] Cf. Directorio de Piedad Popular y Liturgia, 10

[6] Cf. Evangelii Nuntiandi, 48.

[7] Ib. El subrayado es nuestro

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