Sostuvimos un breve encuentro con la hermana Fátima, quien realiza labor pastoral en Villa Milpa alta, al sur de la Ciudad de México.
Como bien sabemos, se trata de una comunidad rural al interior de la Capital del País y, en ese sentido, rompe la predominancia urbana del resto de la Arquidiócesis de México.
Se trata de uno de los muchos pueblos de cultura Náhuatl que forman parte del antiguo Anáhuac. Sólo el imponente basamento de la Iglesia, deja ver, sin disimulos la presencia de una pirámide prehispánica.
La presencia de ancestrales tradiciones, muchas de ellas asociadas a los cíclos de la agricultura y la fertilidad, forma parte de la religiosidad popular de los habitantes del lugar.
El reto entonces, para esta comunidad de la VIII Vicaría de la Arquidiócesis de México, radica en promover procesos de evangelización que permitan el respeto y la dinamicidad de las tradiciones de la religiosidad popular. A invitación de la hermana Fática, estamos estudiando los mecanismos que respondan de mejor forma a la preparación y animación de los agentes de pastoral del pueblo de Villa Milpa Alta.