
La Maestría en Pastoral Urbana participa en el Encuentro Global Urbano. Un seminario de reflexión para hacer frente a los retos globales de la pastoral de la Iglesia católica en nuestro mundo.
Este encuentro se realiza desde el ciberespacio. No podría ser de otra manera, en medio de la pandemia por el COVID-19.
Los temas tratados no son desconocidos para los docentes investigadores, mujeres y varones, de la Universidad Católica Lumen Gentium, dedicados a la Pastoral Urbana, y que han sido plasmados en diversos libros y artículos publicados en diversas editoriales.
Una de las preocupaciones ha sido ¿cómo enfrentar con esperanza el resguardo voluntario por la contingencia sanitaria? No es extraño saber de la baja participación de los fieles en el culto religioso desde antes de la pandemia; tampoco es desconocido el miedo por la disminución de los católicos comprometidos. Este miedo a la dispersión del grupo es natural porque indica la pérdida o disolución de la propia identidad y, la primera reacción, es recuperar lo perdido, pero el riesgo es la defensa del status quo.
Por otro lado, algunos pensaban que, una vez que el semáforo de salud estuviera en naranja, todos volverían a los templos, pero la restricción para la población vulnerable, incluyendo niños y adultos mayores, impiden que las personas más asiduas al culto asistan regularmente y la razón es impedir el contagio. Así que las iglesias tienen una asistencia aún más baja… ¿cómo entendemos entonces una comunidad que no se reúne?
Algunas comunidades católicas han trasladado sus actividades pastorales a los medios digitales. Un esfuerzo loable en todos aquellos que lo han hecho. Sin embargo, el esfuerzo ha propiciado cierta comodidad en los espectadores, ya sea por miedo al contagio, ya sea por la facilidad de participar virtualmente sin salir de casa.
Además, son tantas las ofertas virtuales para participar en las celebraciones de las comunidades cristianas católicas que la competencia es fuerte y las preferencias se inclinan a las trasmisiones del Papa, del Obispo o del sacerdote con mejor elocuencia. Así que la Iglesia parece que se diluye en la virtualidad.
Ahora, para ahondar en los alcances de las acciones pastorales virtuales, el papa Francisco, tomando las palabras de un “buen obispo, muy cercano a la gente”, nos ha dicho: “Ten cuidado de no viralizar la Iglesia, de no viralizar los Sacramentos, de no viralizar al Pueblo de Dios”.
Papa Francisco (2020) Homilía de la misa del 17 de abril. https://www.vaticannews.va/es/papa-francisco/misa-santa-marta/2020-04/papa-reza-por-las-mujeres-embarazadas-advierte-contra-fe-virtual.html
Así que la pandemia nos ha mostrado lo que no queríamos enfrentar, nos pone frente a una crisis que tiene su origen desde varias décadas atrás:
¿Cuál es la propuesta cristiana para enfrentar las crisis vitales del ser humano actual de modo que propicien un grupo de pertenencia con alto significado para los participantes?
¿Cómo enfrentamos el miedo que nos causa el empoderamiento del ser humano actual que busca satisfacer sus necesidades si la Iglesia no lo hace?
Y ahora, además, nos planteamos otra pregunta:
¿Cómo entendemos a nuestra comunidad católica en una virtualidad que desvanece nuestra identidad frente a la multiplicidad de trasmisiones que pretenden captar audiencia para no desaparecer?
Iztapalapa, CDMX, 19 de agosto de 2020.
Alejandro Emiliano
Mtro. en Pastoral Urbana por la Universidad Católica Lumen Gentium. Lic. en Psicología Social por la Universidad Autónoma Metropolitana. Coordinador de la Maestría en Pastoral Urbana de la Universidad Católica Lumen Gentium. Investigador docente y autor de diversos artículos sobre fenómenos religiosos urbanos.