Reportaje Desde la Fe

San Judas Tadeo: tres personas en una, devoción de devociones y última esperanza de los “chavos”

Viernes, 01 de abril de 2011 9:00 hrs
Mauricio Carmona R.

Desde 1958 que un misionero claretiano trajo desde Chicago, EU, a la parroquia de San Hipólito y San Casiano la imagen de San Judas Tadeo, ese  rincón capitalino del centro histórico no ha dejado de transformarse en su identidad y su pastoral. Los ecos de una devoción que atiende “los casos desesperados”, fueron mutando hasta convertirse en una mezcla de fe, ritualismo y leyenda popular que es estudiado no sólo por la Iglesia, sino por amplios sectores socio-culturales como un fenómeno que convoca el Coloquio de atención pastoral sobre la devoción a san Judas Tadeo en la ciudad de México.

Tres personas en una

Durante el citado coloquio realizado por el Instituto Superior de Estudios Eclesiásticos, expertos en materia histórica, teologal, así como sacerdotes encargados de la atención a santuarios donde es venerado el también llamado “abogado de los casos desesperados”, intercambiaron sus puntos de vista ante lo que han calificado como un “fenómeno poderoso” que ha trasformado el rostro espiritual de la urbe, analizando la parte histórico, social y cultural que san Judas Tadeo ha causado en los últimos tiempos.

Ante todo, es necesario ubicar la vida e historia de éste santo apóstol que, en palabras del P. Alberto Hernández especialista en patrística, se confunde en el tiempo y la historia provocando una confusión de su persona e identificándose a uno solo en tres personajes distintos.

“Como en otros casos de la historia de la Iglesia en el periodo antiguo, el perfil hagiográfico (es decir, la vida histórica) de san Judas Tadeo requiere de una hermenéutica contextual para hacer más objetiva la personalidad del sujeto”, señala el P. Alberto. El problema de la hagiografía confundida “no es un caso aislado, puesto que, dentro de la historia general del cristianismo, el trabajo arqueológico sobre los santos y los mártires es una constante purificación de escenarios y hechos”, agrega el sacerdote.  Judas Tadeo cae así dentro un rubro denominado “ficción hagiográfica” tal como ha sucedido con san Cristóbal o san Jorge “sería necesario depurar su historia”, sin embargo esto no significa que el personaje en cuestión no existiera y mucho menos que no participara dentro de las narraciones que de él se expresan.

Siguiendo el orden cronológico, Judas fue hermano del apóstol Santiago el Menor es considerado en oriente como el discípulo enviado a predicar en Beirut, en la región del Líbano, mientras que en la tradición occidental, -es decir la liturgia romana-, se reunió en Mesopotamia con Simón y ambos predicaron varios años en Persia y Armenia siendo martirizados en aquella región. Pero la misma exaltación a la fuerza que residía en el discípulo de Jesucristo se ha confundido con el hombre que aparece en las historias del rey sirio Abgar llamado Tadeo de Edessa quien le cura de la lepra al mostrarle con sus palabras a Jesucristo, detalle que otorga la iconografía de la Iglesia occidental del santo un medallón con el rostro de Jesucristo, combatiendo con ello el paganismo de los reinos politeístas.

Devoción de devociones

Precisamente dentro de la tradición, surgen las prácticas populares a san Judas que acarrean día a día nuevas formas que exalten la devoción personal a éste santo de triple identidad: “Judas Tadeo es el símbolo de identidad nacional en un territorio que estaba ganando identidad cristiana”, expone el padre Alberto Hernández, “la exaltación del personaje apostólico en una región pobre se convierte en una figura que, sin importar si la hagiografía es confusa, se convierta en un hecho que conduce a la fe”. Por ello, para el sacerdote historiador la razón de la devoción a Judas Tadeo atrajo la atención de muchos por siglos enteros con la esperanza de comunicar beneficios a sus seguidores pero que como paradigma atrae también un riesgo: “la intención de su leyenda se cumple: en Tadeo se atrae a los fieles a través del milagro, pero alejándolos poco a poco de la comunión de la Iglesia”.

Y es que para el sociólogo José Calles, actos como “lleva a mi san juditas a oír Misa”, se entienden como una forma de devoción hacia la divinidad de modo tergiversado a los que se esperaría en la Iglesia: Por un lado se “identifica el sacrificio de recorrer la ciudad cargando la imagen del santo hacia el templo” con la confianza de que dicho esfuerzo sea confortados con la bendición que obtendrán al arribo hacia el santuario.

“Dicen que valió la pena el esfuerzo por un poco de agua bendita”, indica el sociólogo Calles. Otra realidad es que los lugares donde se tiene esta devoción “se da un encuentro fraterno, pero donde se convive con personas que portan estopas empapadas en Thiner y otras substancias”. Así mismo rituales para “tener” la bendición de san Judas en el hogar, chocan con la doctrina y aún con los mandamientos pues “hay que tener tres imágenes de san Judas para recibir protección: una comprada, otra regalada y una más que debe ser robada”. Con ello, a decir de los expertos, “se crean nuevos lenguajes” enriquecidos de “esoterismo”, o “creencias populares” ajenas a la enseñanza de la Iglesia pues, “finalmente, dicen, Dios tiene misericordia para todos”

Última esperanza de los “chavos”

Para el padre Frederick Loos, sacerdote de la Arquidiócesis de Tlalnepantla, san Judas se identifica con la juventud pues les habla en un idioma “San Judas les permite expresarse y es el puente directo a lo divino”, externa el sacerdote. “Los jóvenes de nuestro tiempo llevan muchas heridas, y san Judas es una tabla donde pueden sostenerse para no sucumbir. Es lamentable reconocerlo, pero la figura de san Judas es algo mucho más cercano para los jóvenes que el mismo sacerdote o sus sermones”, agrega el ministro quien ha trabajado en ambientes juveniles inclinados a la devoción. “San Judas es algo especial para ellos, es su última esperanza y en el círculo encuentran a otros que buscan esa misma esperanza, se hacen solidarios, se hacen cadenas, pero es un signo evidente que aún no se ha encaminado esta última esperanza.

Reorientar religiosidad a san Judas, tarea de titanes

El padre Ernesto Mejía Mejía, rector del Templo de San Hipólito y San Casiano, señala como el padre Frederick que la devoción a san Judas “se va fraguando al externo de los templos ante las vicisitudes del hogar, las desilusiones que presenta la realidad socio-cultural de nuestro país”.

“Es un fenómeno donde se ha una fuerte dosis de fe en niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos, que acuden a san Judas Tadeo como el último reducto de salvación ante la cruda realidad existencial”, agrega el también licenciado en antropología social. “Cada quien ve lo que quiere ver, pues donde alguna medios de comunicación ven permisivismo devocional, nosotros debemos ver, sentir, gustar  y escuchar los clamores del ser humano aventurándonos a dialogar y proponer en medio de éstos una nueva propuesta de evangelización”, acentúa el sacerdote. “Como pastores vemos un constrúcto religioso popular  de sólido referente de fe que puede trascender cualquier denominación, si con los riesgos de llegar a los extremos, pero con las certezas comprobadas, a través de los milagros, de lo que un ser divino es capaz de hacer, al incluso transformar y dar otro sentido al caos existencial”. Y es que ante el desmedido crecimiento a la devoción de san Judas, los sacerdotes manifiestan su deseo de ver este crecimiento como una “sana devoción”:

“Hay que regresar a laico su papel protagónico y de corresponsabilidad evangélica en su contexto urbano como misionero de la urbe; san Judas lo permite”. Y añade “se trata de dar una buena imagen con la imagen de san Judas Tadeo, aunque como toda pastoral, es una tarea nada fácil”. En éste sentido, el padre Gabriel Campos, párroco de san Judas Tadeo en la I Vicaría expresa cómo la esperanza de hacer una vida nueva va de la mano con la devoción a san Judas, lo que implicaría no mirar dicha devoción como un peligro, sino como una urgente necesidad de atención por parte de los pastores:

En la parroquia “se dan cita todas las formas de pobreza humana, de vicios, drogadicción, desempleados, personas con familiares en la cárcel, etc.”, explica el sacerdote, “Pero ellos y los mismos fieles de la comunidad que contrastan en su nivel social, llegan buscando al mismo Señor de la Vida”, para el padre Gabriel los devotos acuden revelando un compromiso por la vida, independientemente de la forma, y con una intensión de tener esperanza. “Durante las celebraciones del día, se mira a muchos centroamericanos”, esto debido a que cercano a dicho templo de san Judas, se ubica la Central Camionera Norte. Ahí, el sacerdote ha identificado también a grupos de polleros que acuden a Misa para después encaminar a quienes “se van a encomendar para alcanzar la solución a sus casos desesperados”. Por otro lado, los “tambien los profesionistas se hacen presentes en el santuario… es decir, la realidad de la santidad que promueve el mismo Judas Tadeo y todos los santos, son un signo de esperanza de que se remediará nuestra situación en el tiempo”.

Por ello, los ponentes concuerdan en que de frente hay todo un reto pastoral que necesita abarcar todas las dimensiones que han englobado la devoción al abogado de los casos desesperados. Sin embargo el principal reto debe considerarse, en mirar las oportunidades de “conducir dicha devoción en un medio de salvación ya desde la tierra”. Una devoción de múltiples rostros es rica cuando “da sentido a la vida de una comunidad que permita la construcción de identidades sociales e individuales”

Mauricio Carmona R.:
Periodista
http://www.siame.mx/
contacto@siame.mx
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